Si vas a vender o alquilar tu vivienda lo necesitas.

Tanto si la vas a vender por tu cuenta como vas a contratar una agencia inmobiliaria para que comercialice tu inmueble, necesitas aportar el certificado energético.

El Certificado de Eficiencia Energética es un documento que ofrece dos valores: el consumo de energía y las emisiones de dioxido de carbono. Siendo un dato útil e importante para el comprador, pues por un lado se hará una idea de como de caro o barato le costará mantener un inmueble; y por otro, le informará de si es más o menos contaminante.

Además, los técnicos estamos obligados a ofrecer medidas de mejora para mejorar la calificación. Aportando sugerencias en los ámbitos de mejora de huecos, sustituyendo las carpinterías, mejora del aislamiento en fachadas, añadiendo aislante (bien por el interior o por el exterior (SATE)), mejoras en el aislamiento de suelos y cubiertas. Incluso reducción de puentes térmicos.

También se recomienda la mejora de los sistemas productores de energía (calefacción, aire acondicionado y agua caliente), sustituyendo los actuales por otros más eficientes. O incorporar sistemas de producción de energía de cero emisiones; como placas solares, aerogenerdores, geotermia o aerotermia.

Al contrario de lo que mucha gente piensa, la normativa que determina el procedimiento para realizar la Certificación de Eficiencia Energética dice claramente que se debe exponer la calificación energética de un inmueble en toda publicidad que se haga del mismo.

Por tanto lo apropiado es realizar el certificado al comienzo del proceso, cuando se va a comercializar y no esperar al último momento.

Debemos pensar que:

No vamos a ahorrar nada por esperar al último momento.

Nos exponemos a una multa, en el caso de que la comunidad autónoma realice una inspección.

Estamos tergiversando o incluso anulando la utilidad del documento. Pues una vez que el comprador ya ha comprado una propiedad, de poco le sirve.

Su precio parte de 95 € IVA incluido