¿Cualquiera puede hacer un certificado energético?

Cuando en el año 2013 surgió la obligatoriedad de presentar un certificado energético para toda comercialización de inmuebles, bien sean compra-venta o alquiler, surgió la duda de que profesionales podían realizarlos.

La puesta en marcha del certificado de eficiencia energética en España coincidió con un periodo de fuerte crisis. Y muchos profesionales muy preparados se encontraban sin trabajo. Estoy hablando de personas con una preparación de primer nivel, con titulaciones en arquitectura e ingeniería. Titulaciones difíciles, no todo el mundo era capaz de enfrentarse con éxito a una carrera así, y sin embargo la crisis de 2008 les dejó sin trabajo ni opciones de futuro.

Por otro lado, la administración no ayudó, pues sacaron un listado de profesionales que abarcaba, prácticamente todas las carreras técnicas. Tuvieran relación o no con la construcción.

Estoy generó en la sociedad la falsa creencia de que sí “cualquiera” podía hacer un certificado es que ese documento no tiene mucha importancia.

También dio alas a personas con titulaciones admitidas, pero sin conocimiento alguno de construcción, se metieran en el mercado. Realizando trabajos quizá bienintencionados y que respondían a la necesidad de llevar algo de dinero a casa, pero de muy mala calidad.

Tras años de implantarse el certificado energético, la realidad se ha impuesto

Y de esas “hordas” de profesionales que se ofrecían para realizar este tipo de trabajos, quedan muy pocos. Y los que quedan (un 95 %) son arquitectos técnicos, arquitectos o ingenieros industriales.

Y tiene toda la lógica, pues son los profesionales que realizan los proyectos de las viviendas, locales, hoteles, oficinas y naves industriales. En definitiva, los que ya eran especialistas en edificación y lo seguían siendo en 2013.

Recuerdo que, en los primeros años del certificado energético, algunos clientes, me decían:

“Es que un “tal” (no quiero malmeter contra ninguna profesión, por eso no digo la titulación) me lo hace más barato”.

Y, como me lo decían muy a menudo, ya tenía la respuesta preparada:

“Vale, ¿tu irías a un veterinario a que te saque una muela? ¿Verdad que no? Preferirás ir a un dentista, aunque te cobre un poco más”.

Pues con el certificado de eficiencia energética ocurre lo mismo, quizá el profesional realmente cualificado cobre un poco más, pero va a hacer bien su trabajo.

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